La tecnología no es un fin en sí misma. Nada como un fenómeno trágico y extremo como la pandemia para comprobar que funciona mejor, sirve mejor a nuestras expectativas personales y colectivas cuando tiene un propósito. Este propósito ha estado claro durante estos meses: sostener nuestra vida social, la actividad económica, el intercambio de información o garantizar el funcionamiento de los servicios públicos. Así, la pandemia ha supuesto un acelerador de la transformación digital de servicios públicos, de muchas actividades económicas e incluso de nuestra cotidianeidad. También ha sido, en buena medida, un experimento sobre la funcionalidad de las soluciones digitales, los servicios en línea y en la nube o sobre el nivel de preparación de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial. ¿Qué balance podemos hacer de cómo han servido en estos meses y, sobre todo, qué necesitamos de la tecnología con todo lo aprendido?
Coordinador Agenda Digital
CAF - Banco de Desarrollo de América Latina
Panamá
Subdirector de Ventas Corporativas y Alianzas Estratégicas
Telcel
México